Hacía
tiempo que las sorpresas habíanpasado a
un segundo plano en mi vida. Poco o nada conseguía asombrarme a estas alturas
de lo andado.
Aquella
tarde lo consiguieron dos cosas: laprimera, una lluvia torrencial que me obligó a buscar cobijo bajo una
cornisa en aquella histórica plaza. La segunda, una mano tendida hasta mí
acompañada de una voz que me sacaron de mis pensamientos claroscuros. Bajo un
paraguas negro unos ojos me invitaban a un presente no esperado.
¿Cuándo
dejé que los halagos y los piropos se perdieran por las esquinas del tiempo? Su
frase insistente rezaba una y otra vez como un susurro hasta que me vi
alargando mi mano para aferrarme a la suya.
Recelosa
miraba de reojo a aquel hombre, no era un adonis, sin embargo, había algo que
me atraía, me dominaba. Aceptaba sin protestas cada una de sus indicaciones.
Cruzamos la plaza, entramos en una cafetería y ocupamos una mesa, la misma que
minutos antes había abandonado para acudir en mi ayuda. Un café frío, un libro
abierto boca abajo, una chaqueta sobre el respaldo de la silla… todo indicaba a
que ese había sido su observatorio particular y desde allí había presenciado
mi resguardo.
Era
extranjerocomo yo en aquella tierra. No quiso contarme
de qué huía y yo me negué a exponerme. La última vez que lo hice no acabé bien
parada. Hablamos de las suposiciones, las probabilidades, los sueños, los
futuros inventados, todo y nada decíade nosotros. Solo hubo una verdad además de nuestros nombres: un acierto
habernos encontrado.
¿Cómo un extraño se convierte de pronto en alguien cercano?
Descubrí
una mirada sincera tras una bonita sonrisa y una complicidad inusual en mí.
¿Fue la conversación? ¿Las bromas? ¿Las coincidencias?
Fuera
como fuese, me precipité en salir corriendo en cuanto me percaté de ese estado
de bienestar. Hacía rato que la lluvia dejó de mojar la tarde, así que agradecí
el gesto que había tenido y me despedí con una excusa tonta.
Me dio
su dirección, su teléfono, su e-mail, la oportunidad de volvernos a encontrar.
Yo…, solo di mi dirección, ese sendero ya lo conocía y no quise prometer nada.
Dos países, dos idiomas, dos culturas y miles de kilómetros de por medio. Me
despedí.
No
volví a verle en aquella ciudad durante los días siguientes, no le pregunté
hasta cuándo se iba a quedar, así que no busqué ni esperé.
Al cabo
de unos meses volví a mi país, a mi ciudad, mi casa, mi mundo. El trabajo allí
había acabado, así que me tocaba aguardar hasta mi próxima misión. El tiempo
pasaba y yo lo perdía vagueando hasta que llegó Navidad, entonces surgió un
nuevo destino: Dublín.
¿Qué me
esperaba? En esas estaba cuando el telefonillo sonó y una voz familiar entonó
una frase más que conocida, la misma que no puede olvidar en todos estos meses.
¿Desde cuándo
las sorpresas se estaban instalando en mi vida? Abrí la puerta para dejar
entrar a la incertidumbre y a todo un mundo de oportunidades. Y en aquel umbral
me abracé a un futuro incierto, dejando de luchar contra el destino. Por esta vez
le dejé ganar.
Así de peligrosas son las sorpresas, caen cuatro gotas y ya te han cambiado la vida. Con lo tranquilo que está uno viendo el mismo programa de la tele...
Nunca sabemos cuando se presentan, si con la lluvia o en el programa de la tele. Jajajaja, ya se sabe Amando, cuando menos te lo esperas... Un fuerte abrazo.
Amiga Auroratris... He sentido mucho la falta de venír acá y leerte....Mejor, nunca he dejado de hacerlo. Dejo de poner mis palbritas acá, pero no dejo de leerte. És así la vida. El tema de la entrada me invitó a escribirte... Espero que mi visita sea otra buena sorpresa. Besitos muchos... y buén fin de semana. Que la vida te haga siempre bellas sorpresas. Siempre!
Has acertado Integral, es una gran sorpresa leerte y saber que me sigues. Tu huella siempre es un placer y lo sabes. Gracias por hacerlo y te deseo lo mismo, amigo. Un abrazo.
Un relato que probablemente se materialice en más de una vida, esperar a la lluvia y encontrar un momento de acercamiento puede resultar una oportunidad definitiva para albergar esperanzas en dos personas que caminan vacías. Un abrazo.
Un día un elemento nos invite a que dos vidas vacías, grises y apagadas se encuentren y se den una oportunidad. Gracias Lumi por tus palabras, siempre acertadas. Un abrazo.
A veces la realidad se mezcla con la ficción, cuántas veces hemos soñado con un encuentro que nos despierte y nos devuelva las ganas de esperar? Gracias amigo Luis por tu tiempo. Abrazos.
A mí también me gustan, jajajaja, aunque rara vez se presentan ya. Mi vida está envuelta en un halo de comodidad y sopor. Eres una privilegiada y lo sabes, querida mía. Pronto subiré esa segunda parte. Un fuerte abrazo, mi Gondo.
Podríamos formar un grupo, lo llamaríamos el club de las dulces sorpresas, son las que más nos gustan compañera, jejeje. Gracias por tu paso, te dejo un abrazo 40añera.
Siempre hay que caminar con positivismo, quedarse con lo bueno y seguir sorprendiéndonos, aunque no llueva todos los días. Agradezco mucho tu visita, María. Un abrazo.
LA VIDA ES IMPREDECIBLE Y LAS OPORTUNIDADES APARECEN AUNQUE A VECES NO TENGAMOS TANTA ESPERANZA. HAY QUE VIVIR AQUELLO QUE SE NOS PRESENTA CON TODA FELICIDAD SIN PENSAR TANTO.
Vivir, las oportunidades no hay que dejarlas escapar ¿quién sabe si habrá un mañana? Aprovechar los momentos y no pensar, tú lo has dicho Luján. Gracias por venir, amiga. Un abrazo.
Nadie sabe lo que nos depara el futuro, así que... acojámonos al presente. Huy, qué caminos más raros tiene ese Señor!!! jajaja. Gracias por animar mi camino, toc. Un fuerte abrazo.
El destino o lo que sea aparece. Esta vida no para de dar vueltas. Me gustó porque da la idea de que al destino no fácil darle esquinazo. :) Besos, querida Aurora.
El destino, es como un adolescente cabezón y chulesco, si se empeña en algo... lo consigue tarde o temprano. Gracias Ohma por tus palabras. Un besazo, corazón.
Esta entrada va con la siguiente, que ya te he comentado. Me encanta también, como no podía ser de otra manera, la versión de ella. Aprovecho para pedirte que le digas a ese señor tan majo que vive contigo que publique algo nuevo en su blog, porque sus seguidores lo esperan desde hace tiempo. Se lo iba a escribir a él, pero lo mismo ni se pasa a mirar los comentarios.
Así de peligrosas son las sorpresas, caen cuatro gotas y ya te han cambiado la vida. Con lo tranquilo que está uno viendo el mismo programa de la tele...
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Nunca sabemos cuando se presentan, si con la lluvia o en el programa de la tele.
EliminarJajajaja, ya se sabe Amando, cuando menos te lo esperas...
Un fuerte abrazo.
Amiga Auroratris... He sentido mucho la falta de venír acá y leerte....Mejor, nunca he dejado de hacerlo. Dejo de poner mis palbritas acá, pero no dejo de leerte. És así la vida.
ResponderEliminarEl tema de la entrada me invitó a escribirte... Espero que mi visita sea otra buena sorpresa. Besitos muchos... y buén fin de semana.
Que la vida te haga siempre bellas sorpresas. Siempre!
Has acertado Integral, es una gran sorpresa leerte y saber que me sigues. Tu huella siempre es un placer y lo sabes.
EliminarGracias por hacerlo y te deseo lo mismo, amigo.
Un abrazo.
Palabritas... nó palbritas
ResponderEliminarUn relato que probablemente se materialice en más de una vida, esperar a la lluvia y encontrar un momento de acercamiento puede resultar una oportunidad definitiva para albergar esperanzas en dos personas que caminan vacías. Un abrazo.
ResponderEliminarUn día un elemento nos invite a que dos vidas vacías, grises y apagadas se encuentren y se den una oportunidad.
EliminarGracias Lumi por tus palabras, siempre acertadas.
Un abrazo.
Qué lindo texto de esperanza,y de segundas oportunidades! me ha encantado!
ResponderEliminarGracias Luni, la vida siempre nos las ofrece, de nosotros depende tomarlas o no.
EliminarUn fuerte abrazo.
Con tranquilidad y enganchado, he leído gustoso este micro que evoca un momento casual y mágico, de aquellos de película.
ResponderEliminarBesos, Aurora
A veces la realidad se mezcla con la ficción, cuántas veces hemos soñado con un encuentro que nos despierte y nos devuelva las ganas de esperar?
EliminarGracias amigo Luis por tu tiempo.
Abrazos.
Me gustan las sorpresas... Lo que más me mató en un tiempo fue pensar que lo cotidiano, vestido de gris y ceñudo, se había instalado en mi vida.
ResponderEliminarBesos.
P.D. Como sé que hay segunda parte la espero expectante.
A mí también me gustan, jajajaja, aunque rara vez se presentan ya.
EliminarMi vida está envuelta en un halo de comodidad y sopor.
Eres una privilegiada y lo sabes, querida mía.
Pronto subiré esa segunda parte.
Un fuerte abrazo, mi Gondo.
Me gustan las sorpresas, endulzan la vida, o la sazonan
ResponderEliminarBuena historia
Un beso
Podríamos formar un grupo, lo llamaríamos el club de las dulces sorpresas, son las que más nos gustan compañera, jejeje.
EliminarGracias por tu paso, te dejo un abrazo 40añera.
Abramos las puertas a las oportunidades, debemos ser positivos ante la vida, y las sorpresas lloverán del cielo.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada.
Un beso, preciosa.
Siempre hay que caminar con positivismo, quedarse con lo bueno y seguir sorprendiéndonos, aunque no llueva todos los días.
EliminarAgradezco mucho tu visita, María.
Un abrazo.
Yo también agradezco mucho tus visitas a mi blog, Auroatris, es un placer tenerte en mi rincón.
EliminarNo tienes nada nuevo pero te dejo un besazo.
Muacksss.
Otro muackss que te mando. Cuelgo la segunda parte en breve. Ainsss, me faltan horas.
EliminarLA VIDA ES IMPREDECIBLE Y LAS OPORTUNIDADES APARECEN AUNQUE A VECES NO TENGAMOS TANTA ESPERANZA. HAY QUE VIVIR AQUELLO QUE SE NOS PRESENTA CON TODA FELICIDAD SIN PENSAR TANTO.
ResponderEliminarME GUSTO MUCHO, EXCELENTE TEXTO.
BESITOS
Vivir, las oportunidades no hay que dejarlas escapar ¿quién sabe si habrá un mañana? Aprovechar los momentos y no pensar, tú lo has dicho Luján.
EliminarGracias por venir, amiga.
Un abrazo.
Y de pronto con cuatro gotas te cambia el rumbo y el destino sin darte cuenta. Como dicen por ahí: "los caminos del Señor son inESCROtables"...jaja.
ResponderEliminarUn besoooooooo
Nadie sabe lo que nos depara el futuro, así que... acojámonos al presente. Huy, qué caminos más raros tiene ese Señor!!! jajaja.
EliminarGracias por animar mi camino, toc.
Un fuerte abrazo.
El destino o lo que sea aparece. Esta vida no para de dar vueltas.
ResponderEliminarMe gustó porque da la idea de que al destino no fácil darle esquinazo. :)
Besos, querida Aurora.
El destino, es como un adolescente cabezón y chulesco, si se empeña en algo... lo consigue tarde o temprano.
EliminarGracias Ohma por tus palabras.
Un besazo, corazón.
OHHHHHHHHHH... qué me gustan estas historias!!! voy a por la versión de él... amos no me la pierdo!! precioso!!!
ResponderEliminarvoy voy voy...
Jajaja, ya lo avisé en su momento, soy romanticona hasta la médula.
EliminarGracias amiga, por tus letras.
Bss
Esta entrada va con la siguiente, que ya te he comentado. Me encanta también, como no podía ser de otra manera, la versión de ella.
ResponderEliminarAprovecho para pedirte que le digas a ese señor tan majo que vive contigo que publique algo nuevo en su blog, porque sus seguidores lo esperan desde hace tiempo. Se lo iba a escribir a él, pero lo mismo ni se pasa a mirar los comentarios.
Un abrazo
Hecho, le transmitiré el mensaje!! A ver si se anima a escribir más, es toda una eminencia con las palabras.
EliminarGracias querida mía.
Abrazos.