domingo, 11 de agosto de 2013

DESCUBRIENDO LA PERFECCIÓN

-Serás perfecta. Se dijo cuando descubrió la roca por primera vez.

Fantaseaba con esculpir a la belleza, siempre la imaginó atrapada en un cuerpo de mujer. Quiso modelar la imagen que hacía tiempo visitaba sus sueños cada noche, esfumándose al amanecer. Divagaba entre esos deseos, hacerla real, poderla ver, tocar, incluso ¿por qué no? soñar a sus pies. Mientras sus manos recorrían el frío mármol, en su mente ya se representaban todas las formas.

Te dotaré de la fuerza necesaria para soportar el peso de los días, te daré la blancura de la piedra para reflejar la pureza de tu alma, te regalaré la inteligencia precisa para abandonar los lastres del tiempo, te vestiré de fantasía para que vivas de los sueños.
Forjaba esos sentimientos a cada golpe de cincel.

Bañaré tu mirada de ternura para que no veas lo feo del mundo, tus labios adornarán la boca que pronunciará el nombre, en tus manos el amor que anhelamos, tus brazos abrazarán tu pecho para que nada toque al corazón, y haremos creer que cubres tus senos por pudor.
Taladraba día y noche, sin descanso.  Verla terminada era su máxima aspiración.

En tus caderas pondré sensualidad, entre tus muslos el deseo, tus piernas aguantarán los fríos del crudo invierno, las caricias de la primavera, los ardores del verano y los vientos del otoño, y a tus pies descansará la multitud que embriagada por tu belleza, hará que te sientas sencillamente perfecta.
Retirose a descansar el viejo maestro. Soñó con su obra y con el día en que la presentaría a la sociedad.

Y una voz le dijo: -Tranquilo, no sufrirá, le he quitado el corazón antes de que se lo robe otro dios.

Así creó la perfección.




 
Imagen tomada de internet.