Con el
paso de los años mi pelo se va decolorando, destiñendo, en definitiva que ya
voy pintando canas. Con las capas de tintura apenas se aprecia, pero están ahí,
rebeldes y brillantes bajo el sol.
He
descubierto que últimamente se han revelado todavía más vistiéndose de un
despampanante rubio platino, lo deduje hace unos días cuando entré en una
administración de loterías. No suelo jugar, el por si acaso en estas fechas me persigue y sale el: yo también que llevo dentro.
Cuando solicité
el dichoso décimo, la chica del establecimiento me contesta que si lo quería de
máquina. -¿Cómo?- Abrí los ojos como
platos, la boca en una O mayúscula y la mente a 100 revoluciones por minuto. –
¡He pedido un décimo, no un café! – Fue lo primero que solté. Sonriente y
solícita la dependienta me pregunta que desde cuando no compro lotería.
Mentalmente hice un cálculo rápido, la sorpresa fue descubrir que hacía justo
un año que no participaba en ningún juego de azar. ¡Cómo pasa el tiempo!
Doblada
por la risa me pide elección del número.
- ¿Eso también es posible?- Ya era tarde para cerrar mi boca. La pobre pasaba
del color berenjena al violeta en décimas de segundo. Para rematar mi actuación
delante de los parroquianos allí congregados no se me ocurre otra cosa que
exclamar: - ¿Estás segura de que este papelito es para Navidad y no para la
bonoloto?, verás es que… lo del décimo con sus colorines parece más creíble que
este simple resguardo.
Hubiera
deseado ser escapista como el famoso Houdini. El coro de risas continuó
oyéndose hasta que doblé la esquina. No quiero imaginar los comentarios a mi
espalda. Pero es que una a veces es rubia platino y mira por donde ha aflorado
esta Navidad.
Imagen sacada de Internet |
OS DESEO UNA FELIZ NAVIDAD A TOD@S L@S QUE POR UN MOTIVO U OTRO PASÁIS POR MI ESPACIO. MUCHA SUERTE PARA EL SORTEO, CRUCEMOS DEDOS.