NEFELIBATA

foto sacada de internet

Quédate en la esquina de su alma donde él te encontró. Refúgiate en el bolsillo de su cazadora vaquera, la que te prestó una noche de septiembre. Deslízate por la línea de la vida de su mano, la que rozó un mechón de tu pelo atrapando tus sueños. Invéntale horizontes de colores y salta con él del amarillo al verde y del rojo al añil.

Ofrécele la cascada de tu pecho para que zambulla todos sus deseos. Piérdete entre las manecillas del reloj y juega a retroceder en el tiempo, el que una noche te regaló. Mécete en la luz de sus ojos, la que enciende cuando te ve venir seductora y vestida de pasión. Danza junto a su cuerpo en un único compás y susúrrale un pensamiento a la altura de sus caderas.

Róbale el aliento cuando diga tu nombre y le regales el suyo tatuando la senda de su espalda. Juega con él habitando en las lunas de otoño y en las nubes de algodón de azúcar. Navega entre el mar de sus lunares y conquista la isla de su vientre.

Y sueña una vez más que un día atrapó a Casiopea postrándola a tus pies. Domó a la constelación de Leo para que tocaras el cielo y pudieras dormir al calor de las estrellas. Que le robó un rayito al sol y lo enredó entre tus pestañas para iluminar tus días. A Cupido le escondió la flecha que él mismo te clavó para conseguir tu amor. Y así, querida nefelibata, seguirás soñando que sólo él vendrá en la tormenta atrapando truenos para que no caigan en tu playa.

                                                                                               

CRISTAL

Hoy 25 de noviembre celebramos el día internacional de la violencia de género. Ojalá que nunca más tengamos que lamentar otra victima a manos de su verdugo. Mi pequeño homenaje a esas personas: no calléis, no estáis solas.

Sabía de su pasado, de su presente y le auguraba su futuro. Conocía de qué cristal estaba hecha, mas no su resistencia. Registraba sus movimientos, sonidos, miradas, gestos… no sospechaba de su pensamiento de odio.

Llovían los días de color violeta, los que ella difuminaba con una gruesa capa de maquillaje. El mar fue inundando la mirada donde una vez brilló el sol. A golpes, a insultos, a gritos, a… le forjó un espíritu tenue.

¡Alma soñadora!

En silencio respiraba dolor, miedo y se refugiaba en mentiras. 

-Pasará, todo pasará. Se repetía como un mantra cada vez que él la rozaba con su puño, con su pie, con su verbo.

Agradecía que la naturaleza le arrebatara cada nuevo ser que su vientre fecundaba. Sólo ella quería ser la dueña y señora de aquel maltratador. Ser el saco donde él vaciaba sus frustraciones, rabias y falso poder.

Columpiándose en los brazos de la muerte y dosificando el último suspiro, sintió cómo el cristal de su corazón se quebraba. Perdía su apuesta a la vida.

                                                                                                   

HADA

La invoca en sus noches de insomnio sabiendo que vendrá solícita a su encuentro. Vestida de pasión, enguantada de ternura, envuelta en sedas de deseo marmolea la madrugada en la escultura de su cuerpo.

Traviesas marañas en el juego de las provocaciones que lo despojan de su cielo. Lo arrastra a un inframundo donde se conjuga el color de sus almas. Anhelante aparición. Se deja atrapar en el café de su mirada provocando un rosario susurrante en el balcón de su boca.

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Magia si roza con los dedos la carta de su pecho, si traza garabatos desordenados desde la nuca hasta la frente, robándole risas abiertas mientras se columpia en el borde de la mañana y despereza al sol para regalarle el día.

Él se pierde, se eleva, se entrega soñando entre sus senos, revelándole los reflejos de sus sentimientos. Entonces, ella ordena un conjuro atrapando dos palabras y lo imprime con un beso.