foto sacada de internet |
Suéltame la
lengua para liberar todos los “te amo”
que tengo ahogados en la sima de mi garganta. Quítame la venda de los ojos para
que pueda ver el alma de mi mentor. Desencadena mis muñecas, libera mis manos
para que puedan tocar el fondo de lo sagrado. Desabotona mi pecho y rescata ese
corazón lacerado harto de latir en pretérito.
Sujeta las
bridas de mi cabello, reconduce mi cabeza hasta alcanzar la altura de tu frente,
grabar tu mirada y no olvidar a dónde voy y hasta dónde tengo que navegar. No
aflojes mi talle en las curvas de la senda, haz que salte los charcos contigo,
que sólo sean el espejo dónde poder mirarnos y engalanar nuestras figuras.
Invítame a
bailar la pieza de tu vida y prometo reservarte el resto de los bailes de mi
cuaderno vital. Adoctríname en la cruzada de tu pecho para defenderte de los
demonios que te acechan. Déjame beber del cáliz que brinda tu mesa y colmarme
de sabiduría para ahuyentar las pesadillas que amueblan tu cabecera.
Ofréceme tus
lunas a cambio de mis soles. Tatúame en los labios, en el vientre, en los
muslos, en los dedos de mis pies… que tú eres el motivo por el que suena esta
melodía. Recuérdame por lo que sigo aquí pegada al aire de tus suspiros susurrando
tu nombre con el mío, para que no me pierda, para que no te olvide.
Regálame
sonrisas cuando te hable bonito.