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miércoles, 24 de junio de 2015

PROFESO




foto sacada de internet

Ingresas en la prisión de mi sueño dónde te doblego a voluntad. Profano tu cuerpo con estudiada determinación. Flagelo la hipérbole de tu cuello con el látigo de mi lengua y cincelo tus hombros con la medida de mis manos. Te someto al fuego de mis entrañas quemando y estigmatizando tu piel. Arranco un velo de cobardía atrayéndote hacia mí, diciéndote que eres mía.

Me torturo en la pesadilla de perderte y te atrapo de nuevo atándote a mi sueño con un nudo gordiano. Serpentean miles besos por la vertiente de tu escote desnudándote de flaqueza y rodeas mi torso con falsa seguridad. Escondes tu rubor en el saco de mis anhelos dedicándole el roce de tus pestañas.

Voy anclando en la arena de lo onírico lo soñado en la  noche. Arrastro la cadena del ruego para que no me abandone la imagen cuando arañe el alba. Desmiembro con enojo el estúpido reloj que me somete a su paréntesis.

Ya mis manos electrifican la seda del pecado arrebatando el satén angelical que enfunda tu rostro. Soy atrevido carcelero profesándote mi amor en este cuarto sin techo.
                 

                                                                             


lunes, 15 de junio de 2015

LOCURA




foto sacada de internet

Mi locura es dibujarte pétalos de margaritas alrededor de tu ombligo con el calor de mi lengua. Ruborizar tus mejillas con besos de mariposa. Atraparte en mi tela invisible y jugar a que me adueño de tu cuerpo y de tus antojos. Descorrer la cortina del nuevo día y entregarte rayos de sol que ilumine tu mirada. Y que viaje mi reflejo y penetre en tu retina para quedarse y acomodarse en ti.

Mi locura es que un día me sorprendas con la idea de perdernos en un mundo insensato. Que prometas que nuestra cama será la arena de una playa y aproveches el rumor de las olas para confesarme secretos delirantes. Me vistas de abrazos salados, me cubras con el olor de tu piel y me protejas con el escudo de tus brazos guardianes.

Mi locura es que traigas la noche en tus pupilas para que yo extienda mi manto de lunares bordados. Que los cuentes con tus labios inventándote  nuevos bodoques en lugares imprevisibles. Estremecerme bajo el poder de tus manos, acoplarme a las ondas de tu piel perlada, quedarme recogida, adosada a tu orilla.

Mi locura es llevarte a lomos de una estrella ficticia con el sonsonete de mi voz. Romper tus esquemas, descentrar tus ideas, robarte el sentido cuando te roce el aliento de mi boca. Que me apartes con ternura para atraerme con demoníaca posesión. Mi locura es que vengas y te postres a la vera de mi perdición sometiéndote a sus románticos desequilibrios.

Ser ladrona de tu risa, provocar los giros de tu mundo, ser el entusiasmo de tu vida… mi locura sólo quiere sumarse a la tuya.




                                                                                                        

domingo, 7 de junio de 2015

EBRIO




foto sacada de internet


Alcoholizado por la textura de palabras inyectadas en dulce provocación, culpables de la alta dosis de adrenalina. Palabras que acampan en su cerebro volviendo esponja el pensamiento. Revolviendo el mar de los deseos,  avivando un oleaje bravío de rabioso erotismo y emborrachándolo lo conducen a una letanía de súplicas.  Adoptando una clara rendición.

Espinoso es el camino para salvarse de ese cáliz y ahuyentar las sombras que lo incitan a beber el brebaje en sus labios. Quedó envenenado por la oración depositada en su oído,  guiándolo a una ciega locura por querer probar las mieles en la gruta de su templo.

Una escritura tentadora se rebela en las líneas de la piel, incitando a unos labios a tintar versos sobre cada pliegue, doblez o esquina ofrecida en rituales impulsos. Quemando poemas prohibidos en las puertas de un cielo. Se despliega la obra exponiendo lo oculto para ser orado y venerado.

Hieráticas las caricias que se escapan en el silencio de la noche, liberándose se materializan en los valles de su atlas. Desbocando latidos a su paso e impregnando con su aroma los temerosos refugios.

Ebrio de palabras libres de recato. Apoderado de un verbo insurrecto se deja vencer ante la persuasión.