Entretejo un tapiz de caricias en el bastidor de tu espalda.
Enredo mis dedos en la telaraña de tu piel, diez tunantes rondan cada uno de
tus lunares… disponiendo notas en simulados pentagramas. En cada uno de tus
costados nace la pauta que desgarra los acordes, obsequiándome con el vibrato de tu voz.
Te robo las consonantes que le falta al canto de este torpe bardo, tú el instrumento entre mis brazos te tornas en complemento directo de
mi proposición. Se diluye la sinfonía entre los hilos de tu silueta donde yo
compongo mi tonada, creando mi historia a lo largo de tu espalda.
Quiebro tu silencio, y como colofón… sello con la indeleble tinta de mi pluma acuñando mi obra con la tibieza que mi beso deja al cierre de este himno.
Eres mi partitura lograda, génesis de mi inspiración.
©Auroratris