Condicionada a tu
densa presencia, osario de la mía,
no hay escapulario ni oratoria que alivie este deseo pecaminoso.
Libar el rezume de tu anatomía
destierra toda creencia de mi salvación,
me enclaustro bajo tu sombra pidiendo un atisbo de magnanimidad
porque soy alma dúctil y maleable
prendida de este maligno pensamiento.
no hay escapulario ni oratoria que alivie este deseo pecaminoso.
Libar el rezume de tu anatomía
destierra toda creencia de mi salvación,
me enclaustro bajo tu sombra pidiendo un atisbo de magnanimidad
porque soy alma dúctil y maleable
prendida de este maligno pensamiento.
En cruz mis brazos
recibiendo la oscuridad,
cierro los ojos y me atropello en el abrazo clandestino
para no ver las tinieblas que me poseen.
Se estigma mi piel cuando la rozas
volviéndose color apasionado,
se arremolina el aire en la clausura de mi pecho
y a la noche le lanzo el estremecimiento de mi voz.
cierro los ojos y me atropello en el abrazo clandestino
para no ver las tinieblas que me poseen.
Se estigma mi piel cuando la rozas
volviéndose color apasionado,
se arremolina el aire en la clausura de mi pecho
y a la noche le lanzo el estremecimiento de mi voz.
Pecado que se adueña
de este triste cuerpo
que sólo resucita cuando se adentra en las quimeras.
Suelto mi savia como vela al viento
bajo el llamado de tu protección
y en vaivén estrecho se descorren las vibraciones
que tambalean los salmos y mi religión.
Carne débil, boca lujuriosa,
manos alfareras contorneando la mutada forma.
que sólo resucita cuando se adentra en las quimeras.
Suelto mi savia como vela al viento
bajo el llamado de tu protección
y en vaivén estrecho se descorren las vibraciones
que tambalean los salmos y mi religión.
Carne débil, boca lujuriosa,
manos alfareras contorneando la mutada forma.
No hay postura de
recogimiento,
no hay vestigio de asilo…
pecado y pecadora
ante el ara de lo incorrecto comulgan en esta esclavitud.
no hay vestigio de asilo…
pecado y pecadora
ante el ara de lo incorrecto comulgan en esta esclavitud.