Todavía
tiemblan los versos que blanden tu nombre,
allá en la esperanza de tus Ojos los
voy depositando,
junto al silencio que,
dibuja tu ropa en un rincón del suelo.
A veces,
Descorro la
cortina de tu piel buscando esa luz cegadora,
que amordaza el miedo de no verte
entre mis sábanas,
enredado entre mis piernas de Sirena varada.
Si Busco tu
rostro Desde mi Atalaya
es para comprobar que mi cielo es VerdeTú.
Ahora Dejo
caer Sobre tu Pecho todas las palabras inconexas,
aquellas que tengo reservadas
para momentos como este,
donde Tú,
por alguna extraña razón,
te vuelves MariNeRo
de vocablos imposibles y,
los relegas al columpio de tu amor.
© Auroratris