Dos cisnes se diluyen en el río de la vida,
ambos confluyen en la misma hermosura de tu Ser.
Los contemplo desde mi encina,
veo la magia que emerge
en la nueva mujer que en ti despierta.
Ahora que ya conoces
las distintas caras de la luna,
no dejes de mirarla porque,
en ella encontrarás los rostros
de quienes amamos tu danza.
Y en todas las estrellas están los ojos del amor,
focos que iluminan tu fluir.
Descubres en el juego de luz y color
todo aquello en lo que creíste al crecer,
en las palabras tomando forma
bajo el reflejo del agua,
en los abrazos que te sustentan
y elevan para no dejarte nunca caer.
©Auroratris