Atrapado
en la oscuridad de la noche le susurraba al humo de un cigarro. Le contaba con
la amargura de quien ya no tiene recuerdos cómo había olvidado lo que una vez
le atrajo de ella. La niebla del tiempo había cubierto imágenes, ahogado
sonidos, borrado sonrisas…
FOTO DE INTERNET |
Entre
calada y calada de sus labios volaban formas caprichosas en la soledad de una
cocina. Una figura quiso emular el andar sinuoso con el que se le acercó por
primera vez. Sonreía al recordar.
Como
efecto cadena su sonrisa trajo la de ella a su memoria, adoraba la curva de su
boca cuando se producía. La llama del encendedor prendió la mecha de los
recuerdos enterrados, iluminando el sendero por el que un día se fueron.
Regresaban a borbotones con el mismo sonido que la lluvia en el cristal de la
ventana.
¿Cómo
pudo olvidar el sol de sus ojos, su nombre en sus labios y el aroma de su piel?
¿Dónde quedó la caricia que bordaban los dedos de sus manos? ¿Quién acalló su
risa? ¿Cuándo el calor de sus cuerpos dejó de ser suficiente? ¿Por qué cuando
la miraba no se veía reflejado en sus pupilas?
Cómo, dónde,
quién, cuándo y por qué.
Se
instalaban a su alrededor en aquella diminuta mesa compartiendo otro cigarro.
Las gotas se instalaban en el alfeizar a la vez que lo hacía el presente.
Fumaba y tramaba cómo sería su reconquista. Volvería a atacarla con aquellas
cosas absurdas que tanto le hacían reír a los dos. Las que siempre acababan
mudas con un beso.
El
beso, era la bandera blanca cuando aparecía una guerra. Su pecho, la trinchera
donde se refugiaba. Sus brazos, donde se rendía. Su cuerpo, su prisión.
Aplastando
con dureza la colilla se dirigió hacia la habitación. Recibió la bofetada de la
soledad al descubrir la cama vacía. Invocación que dejó en su retina la imagen
de un equipaje, un taxi y un adiós.
Salió a
la calle empapándose de la madrugada. En sus pasos viajaba la premura y en su
mente un solo pensamiento: llegar a
tiempo.
ohh..no me esperaba ese final.. pero,creo que es el único posible para no restar fuerza a este relato lleno de emoción,y con un punto de desolada desesperación. Precioso Auro!
ResponderEliminarSupongo que todos corremos en el último momento para llegar a tiempo de algo importante en nuestra vida. No sé.
EliminarMuchas gracias, por tu comentario querida Luni.
Cuánta belleza en tus escritos...
ResponderEliminarMe da tristeza... que pena que el amor acabe, que llegue el olvido, que se rompa tanta belleza...
Muchos besos
A mí también me producen esos sentimientos, Carmen. Lo bello debe durar siempre.
EliminarBesitos, muchos.
Y es que hay bofetadas que duelen mucho más que las reales, como la soledad cuando no es deseada, y se apodera de uno axfisiándole el alma, esa soledad es la peor que se puede sentir, un ahogo indescriptible.
ResponderEliminarMuy bella tu entrada, como siempre nos tienes acostumbrados, es un placer siempre leerte, en verdad, te admiro, eres una maravillosa escritora.
Un beso enorme.
La peor de las soledades. La admiración es mutua, María. Yo me maravillo de tus poemas, soy incapaz de hilvanar con esa maestría.
EliminarMil besitos, preciosa.
Siempre tienes buen ritmo en tus relatos muy agradables de leer y de seguir. Me gusta este párrafo...
ResponderEliminar"El beso, era la bandera blanca cuando aparecía una guerra. Su pecho, la trinchera donde se refugiaba. Sus brazos, donde se rendía. Su cuerpo, su prisión."
Besos muy dulces y linda semana.
Ese párrafo es el que todos buscamos al final del día. A mí me encanta!!
EliminarGracias, Dulce. Me anima mucho tu comentario.
Mil besitos.
Para llegar a ese triste final, es que en el camino nos hemos perdido y no alcanzamos a valorar lo especial que tuvimos.
ResponderEliminarCoincido con Dulce, ese párrafo también me gusta.
Abrazos Auroratris.
A veces el camino se vuelve angosto y tomamos el atajo, no siempre es el más idóneo, pero... qué pena!! Ese párrafo... todo lo resume, todo.
EliminarMuchos besitos, Verónica.
holita me sigue encantando leerte ,paso corriendo
ResponderEliminarpero siempre tengo unos minutos para ti
besos
Eres un solete, preciosa. Muchísimas gracia, Txatxa.
EliminarBesazos.
Me gustan esos aires de decadentes, como de novela negra, dejando esa esperanza para un posible final después del final.
ResponderEliminarBesos, Autora
(sobra un "de" en el comentario)
Eliminar:-)
Yo también lo veo así, de hecho en mi mente estaba Humphrey bogart, su mirada impasible y su nube de humo.
EliminarJejejeje, perfeccionista!!! Me recuerdas a alguien.
Un besazo, Luis.
He saboreado la historia, querida Aurora, sí, la he disfrutado como un pastel bien elaborado.
ResponderEliminarMe da que todos hemos pasado por algo parecido, :)
Felicidades por hacerlo tan bien!
Y un abrazo largo.
Sí, también creo que todos hemos pasado. Muchas gracias, amiga Ohma.
EliminarTú sí que me dejas buen sabor de boca cada vez que pasas por aquí.
Otro abrazo, el mío "chillao"
venir a tu blog y revolverme encantada entre tus letras es un placer
ResponderEliminarMuchas gracias, preciosa.
EliminarBesos de jueves.
¡¡¡¡Por favor que bien escribes mi niña!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado
Un beso
Me alegra mucho.Gracias, corazón.
EliminarUn besazo y buen finde.
me ha encantado leer tu relato, en cada detalle
ResponderEliminarme quedo con la misma frase que Dulce
"El beso, era la bandera blanca cuando aparecía una guerra. Su pecho, la trinchera donde se refugiaba. Sus brazos, donde se rendía. Su cuerpo, su prisión "
muchos besitos preciosa
Como le dije a él, es lo mejor que te puede pasar al final del día. Yo también me quedo con ese párrafo, Cora. Sin guerras, saboreando paz.
EliminarMe encanta que te encante.
Mil besitos.
Magnifique post "j'ai adoré la courbe de sa bouche" dis-tu! moi j'ai adoré te lire!
ResponderEliminarBon week-end Cath
Merci beaucoup, Cath. La courbe d'un sourire est la huitième merveille du monde.
EliminarBisous.
Merci et bonne semaine, merci de tes passages sur mes pages. Bises Cath.
EliminarEfectivamente, fumar va a resultar nocivo: revuelve nuestros fantasmas interiores más aún que nuestros pulmones.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Ya se dice que el tabaco mata, ya sea de una manera o de otra.
ResponderEliminarMil besitos, Amando.
Sublime. Es momento en el que se uno cuenta Coño ha dejado escapar a alguien tan preciado. Y es que sólo valoramos lo que tenemos cuando lo perdemos.
ResponderEliminarMe tienes impresionada, Toc .
Jajaja, puñetero teclado predictivo del móvil. Quería decir CÓMO!!!
EliminarJijijiji.
EliminarEfectivamente, Toc. Valoramos tarde lo perdido. Defecto de fábrica le llamo yo.
ResponderEliminarMe alegra que lo veas así, gracias.
Un besote dominguero.
Hay una enajenación de necesidad cuando se tienen sentimientos al lado, que diluyen las posibilidades y nos brinda ante ellas, no sabemos, no apreciamos, porque en verdad la confianza solo circula en un sentido, hasta que se evapora y desaparece el calor del sentimiento, entonces aparece el recuerdo, que como el humo de ese cigarrillo nos invade en aromas y ansiedad y nos baja a la realidad de lo que seguimos necesitado y no deberíamos perder la oportunidad de recuperar lo que no se quiere perder.
ResponderEliminarCuando todo esto sucede deberíamos aprender una lección, que la necesidad y la confianza siempre va en dos direcciones y que hay que circulas con aire fresco que mueva las emociones y las refresquen.
Me encanta tu relato y todo lo que lleva entre lineas, o quizás lo que yo percibo, me gusta como cuelgas todo al rededor de ese cigarrillo, que a veces se necesita para poner en orden los pensamientos y tranquilizas los sentidos.
Un abrazo Auroratris.
Sabes leer entre líneas, Agapxis. Reconocí tu sensibilidad en tus letras, ese sexto sentido que pocos tienen. Has visto y sentido el mensaje tal y cómo es. Mil gracias por tu comentario, apropiado y acertado.
EliminarAbrazos, Agapxis.