Era el roce
de su piel lo que provocaba en él la resurrección. Sentimientos contradictorios
descubría cuando buceaba en el verde de sus ojos. Se elevaba si era ella quien susurraba palabras a su
oído. Mariposas atrapadas impulsaban un Vértigo con su aleteo desordenado.
foto de internet |
Amarla era
como asomarse al borde de un acantilado, sentir el pánico a las alturas, el
sudor frío recorriendo la espalda, el temblor en las rodillas y no poder retroceder porque la belleza del
paisaje le absorbía, le hipnotizaba, le poseía. La sentía así.
Le atraía
igual que una luz lo hace con los insectos, y estos acuden como hechizados a
sabiendas de que van a morir. Él se dejaba seducir por su aureola y emborrachándose
de su perfume se vaciaba de todo sentido.
Se dejaba
hacer. A veces él tomaba el control. Se mentía con fe. Ella, la
controladora. Manejaba los momentos llevándole hasta ese Vértigo que tanto
adoraba. Dónde moría cada vez al fondo de su ombligo.
Notar cómo
ella se extinguía entre sus brazos, el último suspiro en su pecho, las olas de
su vientre, el arco de su espalda… Sintiendo el peso de su alma contra la suya ya
soñaba con volver a ese precipicio.
Ese es un bonito vértigo, más descrito en tu manera de hacerlo.
ResponderEliminarBesos dulces para una linda semana.
Sí lo es, Dulce, muy bonito.
EliminarSiempre agradecida por tu visita.
Mil besitos para un comienzo de semana.
Al fondo de su ombligo, Vértigo. Y una última estrofa visible y pronunciada.
ResponderEliminarPasar por aquí ha sido un pequeño placer, Autora.
Un abrazo.
Muchas gracias amigo Luis, siempre un placer que pases por aquí.
EliminarUn abrazo.
que bonitas tus palabras hoy, ese vertigo que nos hace perder la nocion
ResponderEliminarbesitos y feliz semana
Bonito tu comentario, Cora.
EliminarMuchas gracias, guapa.
Mil besitos y buen comienzo de semana.
Es impresionante como escribes...
ResponderEliminarUn amor divino...
Un lujo leerte, Aurora.
Muchos besos, guapa.
El lujo es tenerte aquí, Carmen.
EliminarMil besitos, preciosa.
Es un vértigo en el que se antoja caer, el último fragmento es contundente
ResponderEliminarAbrazos
Un vértigo que invita a la adoración.
EliminarGracias por tu comentario, Verónica.
Mil besitos y buena semana.
Morir cada vez al fondo de su ombligo, maravillosa muerte la que se siente al morir en el fondo del precipicio donde los momentos se transforman en el cielo del universo.
ResponderEliminarLa verdad es que me ha encantado tu descripción, cada día escribes más sensual y bonito.
Mil besos, guapísima.
Me encanta tu comentario, María. Morir en ese vértigo te hace alcanzar ese cielo.
EliminarMe alegro de que te guste. Para mí es un honor viniendo de ti.
Mil besitos para una buena semana.
ahh...me encanta, sin decir demasiado describes una escena preciosa, sensual y caliente.. Me encanta!
ResponderEliminarAy, mi Luni!!! Gracias por tu comentario y me encanta que te encante.
EliminarUn abrazo de los gordos.
Vertigo...buena manera de definir esa sensación, esa atracción irresistible por dejarse caer y perder el control. Ays!
ResponderEliminarTal y como lo describes, Inma, jejeje.
EliminarBesotes de domingo.
Sensual, erótico, provocador... últimamente te sales, Toc!
ResponderEliminarMe halagas, sobre todo viniendo de una maestra como tú.
EliminarUn abrazo, Toc.
P.D.-Ánimo para el lunes.
Es maravilloso poder deleitarse con erotismo y sensualidad delicadamente finos, justo entre el límite de lo que puede llegar a romper o consolidar un relato como el tuyo. Construyes de manera perfecta piel, tiempo, latidos...
ResponderEliminarAbrazos y felicitaciones
:)
Me alegra saber que lo ves así. Un lujo tu visita, Pilar.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
la pasion de la cual hablas no es amor cuando la pasion termina queda poco
ResponderEliminarme gustan tus letras y como escribes
No hay vértigo si no queda nada o poco.
EliminarGracias por tus letras, amiga.
Besos.
Eres capaz de erizar cada bello de mi piel...
ResponderEliminarMaravilloso corazón
Besitos
Vaya, me alegro!!
EliminarGracias, preciosa.
Besotes.
Me encanta. La sensación que describes y el texto, claro.
ResponderEliminarGracias Fran, por tu comentario.
EliminarSaludos.