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viernes, 27 de junio de 2014

CULPABLE



Apoyaba la cabeza sobre el vientre de Afrodita depositando los sueños en las nubes. Amanecía la mañana con gran colección de ellas. A su eterno amor lo colocaba en la más grande. Esta iba cambiando de forma a golpe de viento para que no se acomodara. En las medianas consignaba efímeras escapadas. Las más pequeñas iban destinadas para albergar caricias: las de siempre, las nuevas, las no inventadas. Todas tenían un destino: ella.

Una pregunta le sacó del ensimismamiento obligándose a confesar su falta. 
Declaróse: Culpable.

FOTO DE INTERNET



Culpable de amarla más que a la propia vida, la cual de nada le valía si no era a su lado. De extrañarla cuando se dejaba vencer por Morfeo. De desearla de lunes a viernes y los fines de semana también. De perderla en cada parpadeo maldiciendo no poder controlar el movimiento de sus ojos. De tener un beso de buenos días para cada mañana y un abrazo de oso para cada noche.


De haber tenido un juicio en toda regla, un jurado lo habría condenado sin contemplación. Sin persuasión ante su propio veredicto, gustoso se dejaría aplicar la pena máxima por su condición de prisionero.

Seguía ratificando el dictamen mientras quitaba el corsé de sus labios. Lo repetía al desabrochar su piel. Lo bramaba en el beso de las diez, en el roce de las cinco y en la entrega de las ocho.

Culpable, gritó al entregarle el alma y el cuerpo.




                                                                                                                                        




viernes, 20 de junio de 2014

DICEN



Dicen que la unión de sus cuerpos formaba nuevas constelaciones, que el manto de sus lunares era comparable a una lluvia de Perseidas.  La suma de sus caricias ocupaba toda una isla donde nadaba el deseo fundido como espuma.

FOTO SACADA DE INTERNET
Dicen que la luna guardaba celosamente los encuentros para que el sol no robara sus miradas. Se dejaban bañar por fugaces olas de amor que suavemente les mecía el alma. Se colmaban de  tantas promesas como pestañas brindaban sus ojos. Se bebían el uno al otro sin llegar a saciar nunca su sed.


Dicen que se entregaron al abismo de la realidad como vírgenes ofrendas para ser tragados por la arena del reloj.

Dicen que de aquello no queda nada. Ni siquiera el eco de sus voces suena melódico.  Las espinas de las rosas provocaron estigmas en sus espaldas, antes lienzos inmaculados. Las capas del tiempo borraron sus risas aniñadas dejando un leve lamento a merced de la brisa primaveral.

Dicen que él le llenó los bolsillos de excusas y ella se empapó de desencanto. Que juntos enterraron la caja de las ilusiones y vaciaron los cajones de los sueños. Que cuando se miran no encuentran lo que una vez les unió.

Dicen…

-          ¿Quién lo dice?
-          Sus mariposas al volar.
                                                                                                                                 




lunes, 16 de junio de 2014

CON LOS AÑOS



La madurez nos regala la experiencia que no nos da la juventud, los recursos y  las diversas directrices para capear las dificultades de los días. La inteligencia para entender algunas cosas. El por qué hay gente que sólo viene de pasada y no para quedarse en nuestra vida. Aprendemos a desenmascarar a las personas, y si estas quieren colárnosla, somos nosotros los que decidimos si lo logran o no.


Con los años nos acostumbramos a no vestir con el traje de la vergüenza, a desnudarnos sin tapujos y mostrarnos tal y cómo somos. Asumimos las consecuencias de nuestros actos y las de los demás. Vamos echando de más lo que un día echamos de menos y vivimos dando prioridad a nuestro equipaje.


EL JARRAL


Con los años nos quitamos la máscara de la eterna simpatía y en los días húmedos exhibimos las heridas todavía sangrantes y abiertas. Decidimos el grado de afección de los acontecimientos. Aprendemos a decir no, la primera vez provoca cargo de conciencia, después se escapa solo. Valoramos quién merece nuestro esfuerzo y quién aporta positivismo a nuestro mundo.


Con los años nos volvemos más herméticos, seleccionando qué merece la pena contar y a quién. Vivimos sin tener que demostrar nada, sin pruebas de acceso para ser admitido en el proyecto vida. Sabiendo que debemos alimentar a los sueños con nuestras ilusiones. Que nada viene sin esfuerzo.

Con los años ganamos en autenticidad. Uno mismo, cada vez.

                                                                                                                     




                  

viernes, 6 de junio de 2014

IN MEMORIAN II



Pasaron los ardores de agosto invitando a un cálido otoño y tú  no estabas. Llegó Navidad negándose a vestir el manto blanco. Despedimos la última noche y tú no estabas. El invierno nos trajo tu cumpleaños dejando mensajes en tu huella. El corazón derramó en salvaje cascada los sentimientos guardados. Tú no estabas.

MIRADOR CERRO DEL PINO


En la primavera creímos sentirte como cálida ráfaga de viento. Alma revuelta entre los brotes del camino. Tú no estabas, en cambio, todos oímos el eco de tu voz. Alas rotas dejaron lamentos ahogados junto a un reguero de lluvia salada. ¿Estabas?


Hoy hace un año sin ti y la arena del tiempo no ha podido tragarse tu recuerdo. Quedó encallado en nuestra orilla. Volvemos a pasar por esta playa, el mar indócil con sus minúsculas gotas nos cala con retazos de un ayer. Hoy ya no estás.

La travesía quedó preñada de tus risas, tus actos, tus bromas, tu familiar figura… de ti

Estuviste, estás, estarás… siempre entre nosotros, grandullón.



P.D.-  Primer aniversario de la pérdida de José Gallego.