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jueves, 23 de febrero de 2017

PECCATUM








Condicionada a tu densa presencia, osario de la mía,
no hay escapulario ni oratoria que alivie este deseo pecaminoso.
Libar el rezume de tu anatomía
destierra toda creencia de mi salvación,
me enclaustro  bajo tu sombra pidiendo un atisbo de magnanimidad
porque soy alma dúctil y maleable
prendida de este maligno pensamiento.

En cruz mis brazos recibiendo la oscuridad,
cierro los ojos y me atropello en el abrazo clandestino
para no ver las tinieblas que me poseen.
Se estigma mi piel cuando la rozas
volviéndose color apasionado,
se arremolina el aire en la clausura de mi pecho
y a la noche le lanzo el estremecimiento de mi voz.

Pecado que se adueña de este triste cuerpo
que sólo resucita cuando se adentra en las quimeras.
Suelto mi savia como vela al viento
bajo el llamado de tu protección
y en vaivén estrecho se descorren las vibraciones
que tambalean los salmos y mi religión.
Carne débil, boca lujuriosa,
manos alfareras contorneando la mutada forma.

No hay postura de recogimiento,
no hay vestigio de asilo…
pecado y pecadora
ante el ara de lo incorrecto comulgan en esta esclavitud.



©Auroratris 







                                                                                                                                               













miércoles, 15 de febrero de 2017

LISTEN TO YOUR HEART






Hay palabras que se vuelven nudo, arista o bandera. Palabras que viajan sin destino o destinatario... Una palabra con el Sonido de un Cascabel Infantil, con el Olor del Mar, con el Color del Sol...Con Sabor y con Salero.
Hay palabras…
En Alta Nota y con la Justa Humildad, con la Mirada Tibia y la Voz Nítida.

Un GRACIAS MARÍA (Piel) se me queda corto cuando no lleva este mimo o guiño, o simplemente alardeo movida por la gratitud.

Una de mis canciones favoritas y María hizo el resto… Os invito a disfrutar de esta obra.
El corazón tiene una fuerza salvaje y desmedida como también posee la ternura y la belleza a grandes dosis.
Y para mí, este animal junto a lo femenino… así lo representa

GRACIAS DE TODO CORAZÓN.


©Auroratis






          ©María Coté           









                                    




                                                                                    

lunes, 13 de febrero de 2017

BELIEVE











No sé por qué hoy te eché de menos y el café me supo más amargo, de repente el viento me heló la frente sacudiéndome los recuerdos y trayendo tus palabras…

adorabas mi libertad, decías… y me lo creí.


Escapábamos en minutos cogidos de la mano, emulando aquella novela de Lola Beccaria… yo te hablaba de su historia y tú repetías… VEN.

Y nos vestimos de magia.

Indumentaria obligada para aquél baile donde fuimos misterio y provocación.  Envueltos en caros ropajes nos fuimos dando la pobreza de nuestras almas, sin despojarnos de nuestra máscara bebimos de la fantasía… y me lo creí.


Tenías el don de intuirme en cada momento… y yo envidiaba tu técnica. Me encantaba tu seductora invitación a una copa… a un brindis… a un beso. Me quedaba en ese beso, colgada de tu sabor, de tu saliva que impregnaba mis labios haciéndolos tuyos, volviéndolos pecado.

Soy tu deseo, decías… y me lo creí.


Una noche me hablaste de ti cayendo el telón de nuestra obra al querer conocer mi pensamiento. Me negué a ser la que soy, queriendo ser la invención de nuestro sueño. Bajo tu insistencia y me negativa, fue como descubrir la verdadera piel bajo el maquillaje… una piel manchada, imperfecta y porosa… una piel que antes decías era impoluta… y ya nada me creí.



                                                             ©Auroratris                                     


















martes, 7 de febrero de 2017

INCLUSIÓN

Ella desnudó mis letras una noche...
sin saber ninguna de las dos que un día haríamos una comunión verbal, un fuego de odas e invocaríamos a la tentación bajo el manto de nuestras letras.
Ella es mi mentora.
Gracias Lunaroja.







Amor mío

Eres tú la que me penetra. Cuando tus ojos se sumergen con delicia dentro de los míos, y sucumbo al placer de tu mirada.

Tú me penetras con tu nariz, hundiéndola en mi pecho como si me inspiraras el alma.
Me penetra tu lengua que se desliza, abrazando a la mía emulando un pequeño sexo moviéndose húmedo y caliente entre mis labios. Y tus pechos tiernos, llenando mi boca catapultada al placer.

Eres tú la que penetra en mí con tu cabello, deslizándose por todo mi cuerpo hasta rozar con insoportable deleite mis ingles.

Tu sudor es el que me penetra mientras resbalas por mi cuerpo, tu saliva, invadiendo cada rincón. Es tu voz gimiendo en mis oídos, aliento y sonido entrando sin remedio en cada célula.
Y tus piernas…apretándome contra ti. Tu boca engullendo mi sexo, penetrando en mi temblor anticipado.

Es ese aroma perfecto que desprendes el que se mete sin reparos en mi nariz mientras te huelo caliente y dispuesta impregnándome de ti.

Eres toda tú quien me penetra, quien se cuela como líquido hirviente en mis venas palpitantes.
Tú en mi entraña más profunda. Tus ingles y tu sexo de hembra ardiente derramando placer. Penetrándome. Sí. Penetrando en cada poro de mi piel.

En cada latido de mi corazón. En mi alma penetrada por tu luz.
Sí, tú.
Toda tú.



Amor mío.

Así acudo a tu llamada hundiéndome en la dilatación de tus ojos cuando me encierran tus párpados, y enfrascada en tu aroma me dejo llevar por los surcos de tu piel… recorrer cada poro por donde emana tu hombría y penetrarte la rúbrica indeleble que de mí se escapa.

Hundir la húmeda e inquieta lengua que te busca y saborea todo el cielo de tu boca… adherirme a la tuya, y así instar el fuego líquido que hierve en las entrañas. Sacudirme el decoro cuando prisionero entre mis piernas me venzo ofreciendo la carne sonrosada.

Rozarte con la levedad del deseo y erizar tu sexo que ya despunta mi nombre y tal firmeza pinta aquelarres en los vértices henchidos de placer.

Hundidos el uno en el otro…
ardiendo de pasión columpiarnos en el vértigo  que da este aroma de nosotros, fragancia que se intensifica contagiando el aire donde te ansío.

Y en el volcán de nuestros cuerpos prender la lluvia e invocar el magma inmaculado que nos una y nos penetre.

Tú en mí… hundido en todos mis espacios con tu esencia de hombre febril.
Sí, tú.

Yo en ti, penetrando cada pulsación que te pertenece.
Sí, yo.

Darnos en latidos todo nosotros.





©LUNAROJA & AURORATRIS