Me asemejo a la tímida llama de una vela... pequeña en tu inmensidad, abrazada por el oscuro parche que ensombrece mi cielo, y aunque sea una flor marchita de oblicuo crecimiento envidias este tinte cerúleo ...
Amasas con tus sombras mis débiles formas y entrego un ensombrecido suspiro de abandono momentáneo.
También soy la promesa de que un día perteneceré a la tierra o a algún otro infierno...
Ya no será el mío, o el tuyo o el nuestro.
Y no alcanzaré Otra vez tu cielo... Donde se suicidaron tantos vuelos en tu infinita espiral...
Paseo de mi Alma nocturna.
Llegará la palabra extinta y fraguará todos los verbos que no consumé contigo...
Y otra vez seré la nada y Otra vez lo seré Todo.
Porque todo y nada reside en esta (mi) vida de poemas a la prisa.
© Auroratris