PaisaJes

Se me deshace la noche entre las manos,
mientras me exilio
a un lugar tan apartado del mundo,
como cercano a
cualquier parte de tu cuerpo.
Bajo mis dedos el relieve 

de un mapa Incompleto.

Un artículo regado a Besos,

marcan tus músculos con una incipiente debilidad ,

bosquejos que hacen sentir
bajo mi Piel

la templanza de la Tuya.

Como un Terreno arenoso
que se pierde bajo los Pies... 

pierdo el miedo a lo Absoluto,

y gano el don de conjugar Placeres.

De meterme entera en tu Follaje

 dejándome impregnar por tu Forma Verbal.

Porque cuando acabo mi Paisaje,

ya no quiero más mundo que el  Creado...

Ni más paraíso que tu Cuerpo.
Ni más Isla que Tú

© Auroratris

A..CuNa...Ndo

Senos...

Cuna de una mirada vertiendo deseo,

mullido el pulso de una sien repleta de pensamientos,

se estrellan en cada suspiro...

Involuntario y cálido.

Desde un arco una pluma es lanzada,

tintando versos sobre un rostro,

perfilando los matices de un relieve adonico...

Recitándole la Silva de sus labios...

Ah, qué poema tan bien definido

Cuando se añade su prosa y la mía.

© Auroratris

SiQuieres…

Si quieres, 

que sea tu saliva Mi Bata Nocturna 

calmante del tiritar de

Mi piel. 

Telo asilvestrado 

cubriendo los espacios 

donde funde

con urgencia apabullada 

el fuego que levantas.

Si quieres,

me vuelvo horizonte, 

serranía, 

llanura...

Para sentir el marcaje de tus dientes 

en la rugosidad proclamada,

La Simbiosis junto al látigo de tu lengua.

Y,

Adherir mi excitación a tu compás.

Si quieres...

Porque yo sí quiero.

©Auroratris

No(Me)Basta

He acodado mi mirada en la bella imagen que da la indefensión de tu orgasmo. Admirar, como se hace con el arte, tu rostro patricio en la decorosa caída de párpados. Sé que estoy atrapada tras el telón de tus pestañas, que el oscuro velo que me envuelve allí dentro solo es el camino que me acomodará en tu mente. Así, como yo mimo tu gesto ante el abandono del placer, sé que tú atesoras mi gracia en los momentos de distancia, invitándola a pasear entre tus manos y el recuerdo.

No (me) basta con ser pronombre de tu nombre, porque lo que yo busco es tu piel, que le da cobijo a la mía abrigando el frío que solo tú sabes quitar.

No (me) basta una noche para ser placa arquitectónica buscando un nuevo paisaje: 

el desarme de los cuerpos, el vencimiento de nuestras cabezas dejándose llevar por esa muerte bendecida… 

No (me) basta una noche para que tu carne y la mía se haga maleza antes de llegar el día.

©Auroratris

Ni(u)eVe

Y sé que si dispongo Nueve rosas entre mis labios,

el manifiesto de tu boca se alimentará

de cada rescoldo que palpita bajo Ellas.

Un recorrido alquimista que cruza el veraz deseo

De ser saciado por el fluir de tu lengua.

Es un trayecto arcano

que se fuga al nimio roce de tu brisa,

pétalos resbalando a tu paso,

dejando al descubierto un lecho descarnado,

que solícito

(Re)clama,

una seda que solo Tú

tejes en mi nombre.

©Auroratris

SeCreTo

Enciendo una vela,

su aroma y tu silueta se marcan en la noche,

si abro la ventana,

se proyecta un baile de cal que se (me) aproxima.

No hay calor más dulce

que aquél que emana el cuadrilátero de tu abrazo.

Sí,

como un racimo de lirios,

tus manos acarician la pared de mis nalgas,

el vaivén de nuestras formas se va acoplando

en una maquinaria perfecta para tener-Se.

En mi ateísmo rezo

para que no acabe la música de tu respiración,

inoculas su tibieza,

como un secreto pegado a la cola de mi oído.

Y con tu voz…

toda mi carne se abre,

niebla húmeda bajo tu piel.

©Auroratris

BrEa

Descargué mis hombros mientras tu aliento

zigzagueaba en viral ascenso...

Ordenaste, no,

sugeriste un gemido que perpetrara tu instinto voraz.

Hacia atrás mi cabeza en grácil provocación,

se abrió mi garganta liberando,

exhalando un sonido gutural

que tú catalogaste como Nota del Cielo.

Mis piernas formaron un claustro

Para retener tu penitencia,

acordonar mi vientre a los envites del tuyo.

¿Qué es la piel sin el clamor de la lujuria

en Los versos de una lengua?

Como el arco de un arpa que ofrece sus cuerdas...

Así los cuerpos se dieron a la brea emanada...

Así el jadeo como canto de sirena.

© Auroratris

CorDura

El día que perdí la cordura se congeló el instante como los ojos del invidente o, del muerto que yace mirando lo infinito de su ser inexistente. Fue bajo la tutela de tu piel, de tus manos, de tu voz, de tu agradable aroma usurpando los rincones nunca antes macerados ni violados por boca alguna. Ese momento quedará guardado en un rincón de mi mente, llamémosle esquina que da a una gran avenida, la de los recuerdos que dejan sonrisas. Ahora se sabe por qué los locos tienen ese rostro inexpresivo, la sonrisa idiota y la mirada perdida, porque están sentados en su propia esquina esperando ver pasar a su cordura.

La mía se fue vertiente abajo saltándose todos los límites de velocidad y, enloquecida de felicidad gritó lo que nunca se debe decir en estos casos. No entiendo por qué a los locos nos tachan de infelices cuando rebosantes de tanta demencia somos capaces de aniquilar vetas.

No me digas que no fue una locura tomar a besos tu Monte de Venus. – dijiste entre susurros.
Yo no niego haber bordado el relieve lunar que acampa en tu espalda, ni que deslizando los brotes de mi cuerpo y tomando mío lo que tú me dabas, no niego… que entre tanta locura encontrase la razón.

©Auroratris

SentiDos

Me sientes...

Yo sé que me sientes

Cuando te tiento con mis besos,

Desnudando mi lengua

En los suburbios de tu ombligo.

Infringiendo el magma

De tu fidelidad...

Fidelidad, es un vestido

Que resbala cuando

Me deseas... Me llamas.

Me ves,

Yo sé que me ves

Cuando me acerco desde tus sueños,

Anudándo(Me) a tu gusto,

A tu semejanza.

Encarneciendo los cordones

De tu Sexo

Carmesí y nácar entre mis dedos.

Me oyes,

Yo sé que me oyes,

lamiendo lentamente el latido

Que emerge desde tu esternón

Hasta tu garganta.

Y en cada ascenso se pliega

Mi boca...

Dejándote una palabra.

© Auroratris

SilencIo

 Y privada la mirada de su falda,

inicuarás cada estimulo que se revele.

                   SilencIo...

Tiembla mi piel como una lentejuela bajo un sol naciente,

luz que Amansa los primarios instintos.

No soy yo de sentir anodino,

 si le pides SilencIo al hervor de mis entrañas.

Arquitectura cincelada de arena y sal...

Sendas de canela que se abren como un higo maduro

ante el verso furtivo de una prosa proscrita...

Y la lluvia romperá el SilencIo impuesto...

Impregno la brisa con minúsculas gotas de pudor...

Caen mis manos trenzadas a la quietud

 como poleas subordinadas.

Giros en la espiral de mi cabeza...

En Tanto tú...

Alumbras mi vientre como revelación secreta y,

 el pájaro que me habita trina su muerte

en medio de un SilencIo ahogado.

En plena oscuridad,

 danzantes se vuelven los orgasmos,

 envueltos en su propio SilencIo...

 El mismo que yo no acato.

©Auroratris

DecreTo

Un camino obligado,

Candorosa línea

dispuesta ante tus ojos...

Al alcance de tus manos... y,

¿De tus labios?

Ungirme con tus humores

Es de imperativo legal.

Si abogas por mi cuerpo,

Azuzando con vocablos venturosos,

Todo mi horizonte se desplegará

Como molino de viento,

Buscando el aire que avive

 llama y movimiento.

Henchir la excitación...

Darle a la carne vida,

Vuelo y aleteo apresado

 entre saetas

Que calcinan.

Loable el Fiel que invoca

este infierno Que

Reclamo por Decreto.

© Auroratris

MaYeútica

Se adolecen las arterias por donde otrora latieron pasiones, aquellas que amamantamos con nuestra virtuosidad, perdones agónicos al pie de un tallo embrutecido de miel.

Y fuimos más que todos aquellos poetas malditos a las puertas de un infierno, conjugando triadas, barajando la consulta que despejase el oxígeno, lo dejara puro para poder quemarnos en él y con él... Ser fogata, lumbre ante los fieles, Ante aquellos que clamaban pureza.

Nosotros... Dos impuros empachados de amor, borrachos de tanto éxtasis buscando la eternidad en bucle. Reventando venas de orgasmos... Danzarines de lluvia fornicada...
Nosotros que no supimos del poder Hasta que lo perdimos.

Y  ahora que la claridad se vislumbra... Es cuando más ciega me siento... Arcaica mirada proyectada en un horizonte Inmisericorde. Novicia en la playa de los que no regresan.

©Auro

InVicto

Apreciar las ondas de tu cuerpo cuando una caricia lo cruza

cola de estrellas, cometa azul.

Hipnotismo puro esta lluvia de prendas...

charcos esparcidos bajo nuestros pies.

Desde mi boca enhebro el perlé que se coserá a la tuya,

Tapete que cubre tu piel.

Circundar tu cuerpo en previa medida y…

prender:

Fuego negro en tus ojos,

invictos de un pecado mayor

descender hasta tu planta,

llenar de oscuridad tu luz… y tu luz de oscuridad guiada.

Y esta, que soy Yo,

en perfecta disposición para tal ofrenda,

Invoco tu pasión entre columnas y cúpulas.

©Auro

ValeDor

Valedor,

comiendo los espacios

que se prestan a tus pasos,

deshaciendo el silencio imperioso.

Tu aliento encorva mi espalda

como un febril instrumento de voluta ensortijada.

Y son voluntades tus manos

franqueando mis caderas,

tus brazos dos guardianes

sepultando la entereza

de esta línea batiente…

Cimbrea tu carne,

la siento

donde lo casto pierde su nombre,

al dejar tus ecos guturales.

La Mesura en los modos se desvanece

cuando las ganas se hacen Cátedra

en las entrañas.

© Auroratris

MadurAndo

Y en este discurrir de las horas donde mil veces

me desnudo frente a tus topacios,

versatilidad carnal,

femineidad licuada para tu deseo.

Me dejo bañar por esta luz inestable,

sabiendo que por entre tus dedos corre mi sangre

a una velocidad irrefrenable…

Que me estrello.

Yo sé que me estrello.

Y, sin embargo,

quiero ese aire o, la falta de él,  

deshacerme dentro de tu cuerpo...

Y no es falacia mi verbo cuando sumerjo mi rostro

en tu cuello.

Sembrarte la palabra indecorosa.

Madurar tu esencia como un vino viejo.

Paladearnos como dos ciegos,

que solo del gusto conocen y reconocen

el meloso pecado.

©Auroratris

DeseÁme

Paraíso sitiado en el relieve de tu cuerpo.
A contraluz,
se despierta una Indecisa enervación.

En tu Soledad mi eco

degustando el precipicio.

Pídele al deseo que sea realidad,

Porque

Réplica soy de tu febril pensamiento.

Tras el silencio, mi ataque.

Fiera que te hace invocar al Altísimo.

Dame...

Aromas de París y Lavanda...

Rocíos en la raíz de mi palabra.

Mestiza se asienta la lengua

sobre un cielo proclamado.

©Auroratris

MenTira

Fue pasión...

Deseo y lujuria a partes iguales.

Ninguno de los dos habló más de la cuenta,

lo dejamos a Cargo de las manos lectoras,

a la avidez de las bocas,

y a esa danza 

que escandalizaba a la sobriedad.

Sobriedad...

Bonita palabra cuando tus labios

la posaron en los míos,

y entre saliva y café

fue perdiendo fuerza,

para hacerse pira desordenada

y de ahí ceniza que cubrió nuestra mentira.

Ahora hago recuento ante tu mirada esquiva...

Me faltan las ganas de saberte

y me sobran motivos para pensarte.

©Auroratris

TréMuLo

Juramento ante el segmento

de un Beso Fugaz.

¿Sabes de esa pompa y su fragilidad?

Así se acercó para dejar su Sedimento

como quien hace ofrenda ante un Ateneo.

Miró en derredor para no ser descubierto

en la noche escarchada,

y al llegar la Aurora sonó como un Clarín Angelical.

¿Me Deseaste?

Y rayando el Silencio respondió la Simetría Carnal.

© Auroratris

UnDécimo

Consentir la caricia

que abra la piel,

al gerundio

de unas manos hambrientas de aprender...

Aprender de cada surco la leyenda,

De cada pliegue la experiencia.

Canónigo ese poro que absorbe con vehemencia

el impulso y el látigo desprendido.

Déjate sentir...

El UnDécimo Mandamiento que no tiene registro.

Y después de todo lo aprendido,

se estremece la osamenta

ante el recóndito hálito.

Encadenando temblores,

a Merced de unos versos proscritos

en la memoria de una boca sedienta.

©Auroratris

PleiTeSía

Y quedamente retiraste las sombras

que se formaron aquella tarde.

Me rendí a tu revuelo de palabras infinitas,

dejándome envuelta en un éxtasis de Buena Nueva...

Partí hasta el fondo de tu pecho,

para ser parte de un latido

y así vencer juntos la niebla que ofuscaba el Mismo destino.

Le mostré PleiTeSía al candor de tu cuerpo

cuando acogió las esquirlas de un amor maltrecho.

Entretejidos los sexos llenaste de nuevo

con un fuego abrasador las entrañas,

y mil mariposas reventaron el cielo de nuestro techo.

©Auroratris