Hay un
dialecto cuando me miras y yo consiento,
posee el
tono justo para destensar la ballesta del día,
y prestarse
a ese ocaso que nos declama
las prendas que nos cubren,
la careta
innecesaria o la sonrisa mal pintada.
Nos
cobijamos entre sorbos de café
en los
labios del otro,
en el recorrido
que va levantando piel
y arremolinando
el aire del deseo.
Golpeándose
en el pecho
como una
golondrina lo hace contra un cristal,
con los ojos
enfebrecidos por el anhelo de su reflejo.
Hay un
latido de más
y un
encuentro de menos
cuando
apilamos nuestros cuerpos,
dispuestos
como una hoguera
en la Noche de San Juan.
©
Auroratris
Tema por cortesía de mi Querida Estrella Amaranto. Gracias ♥