Me declaro reincidente delinquiendo en los términos de tu
cuerpo,
con apuestas ilegales
con apuestas ilegales
en los extrarradios de tu anatomía.
Desacato a tu autoridad
cuando me exiges distancia,
y en
respuesta ultrajo la cancela de tus brazos.
Encuentro mi designio
cuando me secuestras entre ellos,
negándome a la confesión de mis verdades
bajo el foco acusador de tus ojos.
Eres ese juez que dicta mi sentencia,
determinando mi
encarcelamiento
sin juicio previo ni defensa meritoria.
Soy esa rea voluntaria
de la cadena perpetua de tu corazón,
sometida a la tortura de tus sonámbulos latidos
que me adormecen en horas
tempestuosas.
Condenas mis sentimientos
nominándote tóxico para mi
salvación,
sin percatarte
de que una
sobredosis
de tu presencia es vital para mi adicción.
©Auroratris