Mis amigos

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miércoles, 27 de febrero de 2013

JUEGOS EN EL ACANTILADO



PICO DEL DIABLO


Cada día y a la misma hora,  Candela visita el lugar. Desde allí puede ver el horizonte, justo donde el cielo se junta con el mar. Donde una fina línea separa dos mundos. Donde los pensamientos parecen tener forma, donde empieza y acaba todo. Allí mismamente mira cuando unas voces la traen de vuelta a la realidad.

Es la risa de unos niños, juegan a perseguirse el uno al otro. Mientras, unos padres gritan unos pasos más atrás que tengan cuidado con el precipicio. Avisan de que no se acerquen demasiado. Que no se suban a la alta baranda. Toda una lista de atenciones para proteger del peligro.

Candela, apoyada sobre la fría barandilla, mira ahora al fondo del mismo. Allá donde las olas se estrellan contra las rocas descargando su furia, explotando en millones de gotas saladas. Las mismas piedras que recibieron el cuerpo de Tomás, antes de que el mar se lo tragara quitándole lo único que poseía: la vida.

Esta tarde el mar está calmado, no siente enfado. No brama pidiendo ofrendas, acaricia la costa como suave espuma. El leve rumor de las olas la llevan a recordar.

Los lugareños cuentan mil y una versiones de cómo el niño cayó. Ninguna es cierta. Sólo una persona conoce la verdadera historia. La cual calla desde hace muchos años. La que se llevará a la tumba cuando sea requerida su alma. Sólo ella estuvo presente cuando sucedieron los hechos. El impacto de aquella tragedia la dejó deshecha, rota. Nunca habló de aquello. Todos decían que su tristeza era porque echaba de menos a Tomás, que estaban muy unidos y que eran muy bueno amigos.

Ignoran que ella pudo haber evitado el accidente, que un simple beso lo cambia todo. Ahora ella lo sabe.

 Los críos siguen jugando cerca de ella. Candela puede sentir cómo el pasado se le echa encima, asfixiándola, dejándola aturdida.  Los recuerdos se agolpan, se aturullan por salir, emanan desde lo más profundo de su mente, comienza a revivir aquella tarde.

Sólo eran dos chiquillos jugando al amor. Él corría tras ella, pidiéndole un beso. Ella reía sin cesar, la risa le iba restando fuerzas, casi la estaba alcanzando. Llegaron al borde del acantilado, entonces desprotegido de cualquier barbacana. Allí, acorralada, él la besó. Jamás fue un beso robado. Tras mirarse unos segundos, Candela empujó suavemente a Tomás para continuar corriendo. La mala fortuna quiso que los pies del niño se encontraran demasiado cerca del borde, ese leve impulso fue suficiente para que perdiera el equilibrio y cayera hacia atrás. Quiso cogerle de la mano, atraerlo para sí, su peso de niña no pudo contener al destino, presenció cómo cambia la vida en un segundo.

Se quedó largo rato mirando el fondo, alimentando la esperanza de que en cualquier momento él saliera a la superficie. Cayó la noche y salieron a buscarles. A ella la encontraron acurrucada, con la mirada perdida, repitiendo como un mantra su nombre. De él nada más se supo.

La vida siguió en aquél lugar. También para ella, tal vez no la que había imaginado, pero todo continuó avanzando.

Cuando por las noches la despierta el viento del norte. Se acerca a la ventana repitiendo como cuando era niña:

- Resbaló y cayó, resbaló y cayó, resbaló y cayó.

- ¿Me lo devolverás algún día, querido mar?


martes, 12 de febrero de 2013

LA SEÑORITA LUISA




Margaritas en mi balcón.

 

Hoy hace dos años que murió la Señorita Luisa. La he recordado al escuchar las campanas de la iglesia, mientras regaba las margaritas de mi ventana. Era fetiche de esa flor. Le llamaba la atención la sencillez de sus hojas, su largo tallo y sus alegres colores, casi rozando lo divertido. Ahora soy yo la que cuido de su pequeño jardín: tres macetas de vivas margaritas. Continuamente repetía que cuando muriera, yo recibiría ese legado.

Era  una mujer de bandera. No muy alta, caprichosas las curvas de su talle y un andar que llevaba de cabeza a más de un vecino del edificio, incluido mi padre, todo hay que decirlo. Su voz cantarina, angelical, te trasladaba a otros tiempos, a los suyos, cuando sin querer recordaba en voz alta sus correrías de niña bien. Su risa contagiosa inundaba los espacios, y yo, la miraba diciéndole: -¡qué gracia tiene usted, señorita Luisa!

Nunca se casó. Tampoco se le conoció varón alguno.

Ella hablaba de un primer novio que marchó a Cuba. La dejó con la esperanza encendida y drogada de promesas. Cuando hablaba de él, lo hacía en forma posesiva: mi Juan. Nunca supo de su existencia por aquellas tierras. Sin embargo, lo esperó cada día, cada amanecer. Rechazaba a todos y cada uno de los pretendientes que a su puerta venían a pedirle relaciones. Sólo una excusa: esperaba a su Juan.

Decía que fumaba porque el olor a tabaco le recordaba a su hombre. Lanzaba el humo hacía arriba, como una chimenea. Tenía una teoría para ello: “son señales de humo, para que él las vea y pueda volver”

A la salida del colegio, pasaba las tardes en su casa. Me gustaba merendar allí. Nuestras conversaciones las terminábamos hablando de chicos. Sus confidencias, las mías. No podíamos evitar la risa floja cuando nombrábamos al vecino del 1º A. Manuel, se llamaba el sujeto, también la quiso como su mujer. – ¿Dónde voy con ese hombre que utiliza los libros para las patas de la mesa? -¿Acaso no hay en todo Pinto un hombre tan culto como mi Juan? Apuntaba  como recitando un poema de Rosalía de Castro, y al mirarme, yo no podía contener la risa y estallábamos al unísono en una sonora carcajada.

Los años se fueron sumando en su osamenta. Yo, ya no iba al colegio. Me había convertido en toda una mujer. Las meriendas de leche y galletas, dieron paso a cafés y a tabaco. La amistad creció entre nosotras, la complicidad fue en aumento. Me convertí en su compañía y ella en la mía.  Conocí a un hombre, me casé, me divorcié, hubo cambios en mi vida, de un modo u otro formó parte de ella. Volví a mi antiguo hogar, un pisito justo encima del de la señorita Luisa. Es curioso, siempre la llamé así.

Poco a poco fue marchitándose. Los enamorados también fueron decayendo. Su pelo ya no lucía tan rubio y brillante, su cara reflejaba los signos de la edad. Su cuerpo ya no mostraba la lozanía de antaño. El tiempo fue dejando huellas a su paso. Se fue apagando, como una lucecita que ves alejarse y hacerse más pequeña.

Aún hoy recuerdo cómo su voz melancólica me indicaba en sus últimos momentos: - ¡Ay, Aurorilla! una vez le grité a mi locura y ésta me abandonó, desde entonces la llamo a susurros para que vuelva- No podía más que sonreírle. Entendía perfectamente lo que quería decir. ¿Por qué no marchó con él?

Unos minutos antes de cerrarle los ojos a la vida, cogió mi mano y sonriendo me confesó que acababa de encontrarla y con ella marchaba para no volver. Con un gesto de silencio se fue. La miré por última vez y pude contemplar que no mentía. Encontró a su locura o a su Juan. Encontró a su amor.





domingo, 3 de febrero de 2013

LA HUIDA


PLAYA DE GARRUCHA -ALMERÍA- VERANO 2012
 

Cansada, rompió la brújula . Buscando el Norte, encontró esta playa. Arena cálida, tímido mar, olas que bordan la orilla.
Sin duda es el sur de la brújula.

Se sentó y reflexionó. Dejó que el agua acariciara sus pies, el sol bañara su rostro, la brisa se sumara a sus suspiros. Permitió a la arena coserse a su sombra, y así, sintiose acompañada.

Hasta allí llegó huyendo de ella misma.

No lo consiguió.

viernes, 1 de febrero de 2013

PREMIO COJONUDO

Las casualidades en la vida se dan pocas veces. Mas yo he experimentado  en una misma tarde varias de ellas.

He sido otorgada con el premio al Blog más Cojonudo. Me viene de la mano de mi amiga, compañera y bloguera, Analogías. Cuenta cómo lo recibió, y he ahí esas casualidades antes comentadas: Ella, en su cama con un señor trancazo, por supuesto aplaudo la decisión de echar a ese señor y quedarse con el premio en sí. Yo, sobre una camilla, esperando una sesión de belleza, (hay que ir preparándose para la primavera, ya va llegando por El Corte Inglés) En mi caso, me encontraba solamente con el trancazo, lo de señor en los pueblos de provincias no se lleva.
 Otra casualidad,  compartimos el mismo nombre.

Gracias tocaya, por haber pensado en mí.

Para poder recibir el premio en condiciones hay que cumplir los siguientes requisitos:

* Colocar en tu blog la imagen de la medalla “The Cojonudo´s Blog Award”
* Agradecer al blog-lega que te otorgó el premio.
* Premiar a cinco Blogs que creas que merecen la medalla.
* Contestar a cinco preguntitas de “na“ y listo.  1, 2, 3 responda otra vez.

1) ¿El libro más cojonudo que hayas leído?
Son muchos libros los que han llenado mis horas. Pero nunca olvidaré, La llave de Sara. Me hizo reflexionar y recapacitar sobre muchas injusticias cometidas a lo largo de la Historia.

2) ¿La peli más cojonuda que hayas visto?
También me han acompañado grandes y pequeños títulos. Sin duda Titanic, se lleva la palma, su música es espectacular, los efectos, y por supuesto la historia que encierra. No lo puedo negar, soy una romanticona empedernida.

3) ¿La canción más cojonuda que hayas escuchado?
La música me apasiona, aunque reconozco que tengo mal oído. No puedo dejar de escuchar Allegria, cantada por Enya.

4) ¿Qué es lo más cojonudo que has hecho en tu vida?
Tener el valor de compartir mis escritos con vosotros. Jamás pensé que alguien pudiera llegar a leer mis pensamientos, sueños o fantasías. Gracias por hacerlo.

5) ¿Si tuvieras que reencarnarte en un animal, cuál sería el animal más cojonudo en que te reencarnarías?
No tengo duda, jajaja. Tocaya, vuelvo a coincidir. En un gato, del sexo masculino, por supuesto! Me dejaría acariciar, mimar y sobar todo el rato. Independiente, libre, mimoso, de los que inspiran ternura.

Sin más dilación paso el testigo a los siguientes blogs, no quiere decir tal cosa que el resto no se los merezca. Lástima que sólo sean para cinco.

·         A Florluna, con su blog: http://elsitiodeflorluna.blogspot.com.es/ Me encanta leer sus historias, consigue introducirme en los personajes, me empapo de todos ellos.

·         A Fran CarPa, su blog: http://afectoefecto.blogspot.com.es/ Lo llena de ternura, de amor, y de historias fascinantes.

·         Luna Plateada, su blog: http://elsecretodelalunaplateada.blogspot.com.es/  historias que me hacen retroceder en el tiempo, rejuvenecer y volver a soñar.

·         Lunaroja, su blog: http://elrincondelaluna-lunaroja.blogspot.com.es/  Me identifico con muchas de sus locas, me atrapa, me intriga.

·         Ohma, su blog: http://elviajeinacabadodeohma.blogspot.com.es/  me quedé sin palabras  para poder decir todo lo que me hace sentir al leerla.

Un abrazo para todos. Me gustaría poder nombrar todos los blogs que conozco y visito, son estupendos, y me encanta pasar por sus espacios.