La transparencia de sus ojos y de sus labios casi consiguió
que flaqueara en mi propósito. Seguí beso a beso devorándole el miedo. Ella y
no otra, su momento, la elegida para la conquista.
Construí un mundo de color a su alrededor esperando
el instante, ése que delata la hora de acabar con las mentiras, cuando las
palabras arrancan la máscara veneciana, dejando al descubierto el rostro
verdadero de la voz escuchada.
Me fui introduciendo en su vida a la vez que ella
penetraba en la mía. Recogía sus abrazos como la hoja lo hace con las gotas de
rocío. Coleccionaba sus caricias como el anciano que acumula los gratos
recuerdos. Los días a su lado me hicieron descubrir que podía cambiar de
parecer, más no era posible, no me crearon para el amor, sólo robar almas
perdidas.
En las noches, cuando me separaba de su cuerpo, la
pena se apoderaba de mí, la amaba tanto que llegó a confundirme, creí ser
mortal. Me hizo adorar el sol, reír bajo la lluvia, venerar los amaneceres,
bailar bajo los rayos de luna. Idolatraba su risa, la misma que ahora golpea
mis sienes una y otra vez. Reverenciaba cada suspiro que de ella emanaba.
Quemamos el tiempo abandonándonos el uno al otro.
Las palabras vedadas llegaron un atardecer, hacía
frío, el calor de la hoguera envolvía nuestros cálidos cuerpos. Clavó la noche
de su mirada en mi rostro y exhaló las dos palabras que yo perseguía desde un
principio. Las que me darían lo que vine a buscar, el premio, el triunfo, el
final.
No pude evitar que las pronunciara, aun cuando mis
labios sellaron los suyos, ellas salieron produciendo el efecto ya no anhelado
- Te quiero
Y su alma abandonó el cuerpo inerte, quise gritar
para despertar el sueño eterno, quise retroceder en el tiempo. Ya eres mía, pensé,
me has entregado lo que vine a buscar, ¿no sabes quién soy?
- ¿No sabes quién soy?- bramé. Las lágrimas nacieron
en mis ojos, como siempre que consigo un
alma.
Una muerte deseada por la protagonista,por eso mismo no le ofrece resistencia, sólo un tiempo de convivencia y luego dejarse llevar.
ResponderEliminarUn tema peliagudo expuesto desde un punto de vista muy inteligente y bien escrito.
Besos, querida Aurora.
La última cerilla, Ohma.
EliminarMuchas gracias por tu visita.
Un besazo.
Muy bien estructurado,con un final que es el que tiene que tener,y los ingredientes para una lectura interesante e inteligente!
ResponderEliminarMuchas gracias, Luni. No sabes lo que me aporta tu comentario.
EliminarUn besazo.
Es precioso!!! que prosa más linda Ana!! me ha emocionado. La música también ha causado su efecto, esa película me estremeció.
ResponderEliminarA mí también, me encantó esa peli. Me alegro de que te guste esta entrada, Maite.
EliminarUn besazo.
Esto es hermoso!! he disfrutado muchísimo por cada palabra. Déjame felicitarte, me ha encantado.
ResponderEliminarBesos
Por supuesto que te dejo, Luis!!! Es agradable saber que las palabras cumplieron.
EliminarMuchas gracias.
Un besazo.
Me encantó!!! Disfruté muchísimo leyéndolo, algunas frases me parecieron preciosas...
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Eva. A mí me encanta que pases por aquí.
EliminarBesos.
Madre mía, cómo se nota que llega el invierno y la tónica de los blogueros ronda lo oscuro y lo tétrico. Muy bien llevado, tocaya. Un abrazo
ResponderEliminarHalloween se acerca, se nota, eh?
EliminarGracias por quedarte por aquí, tocaya.
Besos
Un alma...
ResponderEliminarY, yo diría que un corazón también consiguió...
Abrazos
Yo también lo creo, Trini. Con amor se consigue todo o casi todo.
EliminarGracias por esta visita.
Besos.
que guapo!
ResponderEliminaryo tampoco sé quien soy ahora mismo...
saludos viajeros,
Trini.
Gracias Trini, es un placer esta visita.
EliminarUn abrazo.
Estremece la entrega pero creo que más todavía la conquista que no resulta tal.
ResponderEliminarHermoso en su desolación, pero también en el vértice de lo irremediable, lo que tiene que y va a suceder.
Siempre hay un riesgo que hay que correr.
EliminarGracias por esta huella, Fonsi.
Un abrazo
Jamás la muerte fue caballero tan galante y delicado (y hermoso, hay que decir).
ResponderEliminarPero... ¿sabes qué? Sólo una mujer podría describir la entrega (la deseada) que precisa una mujer.
La sutileza que desprende tu texto... pues éso... que sólo puede salir de un corazón femenino.
Felicidades por tan bello relato, pequeña saltamontes.
;)
Es verdad, Hulna! Dejarse llevar así... tan dulcemente. Y no como en la vida real: aquí te pillo aquí te mato.
EliminarTu comentario sí que es hermoso, gracias guapetona.
Un besazo
La seducción de la muerte expresada de forma muy hermosa. Un texto excelente. Salud!
ResponderEliminarEl viejo arte de la seducción, quién mejor que ella para llevarlo a cabo. Muchas gracias por tu visita, Funambulus.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy bello y estupendamente escrito. Me dejaste con el corazón en un puño.
ResponderEliminarTe sigo.
Gracias Fernando, es un placer tenerte por aquí.
EliminarUn saludo.
Buah, me ha emocionado de verdad. Es una delicida si lee mientras escucha la canción que has puesto. Me gusta mucho tu pluma.
ResponderEliminarBisous
Me alegro de que te haya tocado la fibra sensible, y es verdad que esta pieza acompaña el momento.
EliminarMuchas gracias, Nadja.
Besazos
Precioso,amiga; me encanta tú prosa y lo que transmite, aunque yo quitaría la imagen inicial, para no dar pistas.
ResponderEliminarUna visita muy agradable, como siempre.
Buena observación, la tendré en cuenta para próximas entradas.
EliminarMuchas gracias por esta visita, amigo Castelo.
Un abrazo.
Aurora, me ha parecido genial como has conducido la historia desde el prinicipio para un final esplendoroso pero inveitable,
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por tu comentario, Pilar.
EliminarUn besote, guapa!
Ya decía yo que me sonaba la historia a alguna peli que ya había visto (y además con muy grata compañía) y me preguntaba qué c..o pintaba el Pitt en la cabecera del escrito.
ResponderEliminarAhora en serio: es un guiño precioso a la cinta de Martin Brest, con esa variante que nos ha hecho desear un final distinto al que había de ser.
Bsos.
La peli merecía el guiño, invita a la reflexión y al poder disfrutar de una última fiesta con más entereza, si cabe.
EliminarBesos.