Caía la
tarde y los últimos rayos de sol jugaban a filtrarse en el estanque. El
cansancio de aquel paseo vespertino me obligó a sentarme en su borde. El
ajetreo del agua, junto con aquellos
reflejos solares, captó mi atención, dejándome sumido en una especie de
hipnosis temporal.
Un
movimiento en el fondo me despertó de aquel letargo, creí ver un pez. Volví a
fijarme en el efecto espejo que hacía con el entorno. Esta vez fue más lento,
una especie de culebrina, ahora sí, en el fondo, lo vi claro.
Me
incorporé algo sobresaltado y me incliné poniendo mis cinco sentidos a
cualquier movimiento que pudiera aparecer. ¿Qué era aquello? La intriga se
apoderó de mí.
Pasaron
segundos, no más, pero la espera me pareció eterna. Mis ojos clavados en el
asiento del estanque, sin apenas cerrarlos para no perder detalle. Mi
musculatura tensa, inmóvil. Intenté
controlar la respiración y no hacer más ruido de lo imprescindible. El silencio
envolvió el lugar y entonces ocurrió.
No
parecía animal acuático, no era una
planta, se fue acercando a la superficie
y sucedió: un parpadeo.
Sí, era
un rostro de mujer. Desapareció como un suspiro. Pero su rostro marmoleo quedó
grabado en mi subconsciente. Me giré para comprobar si alguien más había
apreciado ese cambio en el agua. De pronto me encontré solo en aquel lugar.
Volví a
mirar hacia la profundidad, estaba fascinado por aquella visión. ¿Era yo o era
el estanque? En esa tesitura me encontraba cuando la vi nadar en el fondo,
venía hacía mí. No hay duda, -pensé- existe y está aquí. Un cuerpo hermosamente
desnudo, unas facciones dibujadas con caprichosa belleza, unos movimientos
ondulantes y acompasados, todo en conjunto me llamaba desde esa hondura.
Cerré
los ojos y me dejé llevar hechizado por esa voz. Sus brazos extendidos
reclamaban mi presencia a su lado, el movimiento de su pelo producía un efecto
hipnótico en mi mente delirante. No sé si ella me agarró o simplemente por pura
decisión, me adentré en el agua.
Me
sumergí tras ella, dejé que cogiera mi mano e hiciera de guía. No sé dónde me
llevaba, ni con qué intención hacía lo que estaba haciendo. Simplemente la
seguí. Caminamos sobre un lecho lleno de coloridas flores, llegamos hasta una
especie de templete, en su centro se encontraba una peana. Supuse que ese era
su lugar.
Habló y
su voz sonó hermosa, tanto como toda ella. Me contó una historia, la de cómo llegó hasta el fondo del estanque. Me
señaló justo el lugar donde me encontraba sentado. Desde el suyo puede observar
a todos los caminantes. Ella sólo será vista si así lo decide. Y me pidió un
favor.
Sí,
acepté. Desde entonces, vivo bajo estas aguas, sobre un pedestal en este
mirador, viendo sin ser visto. A la espera de esa persona que como yo, quiera
cambiar su mundo por una leyenda.
Lovely...
ResponderEliminarPierre
Gracias, Pierre.
EliminarUn saludo.
Qué bueno!!
ResponderEliminarEstuve hace poco en el Monasterio de Piedra, y me encantó el lugar, sé dónde tomaste la foto, y tengo una parecida...
Besos, buenísimo el relato, me tuvo atrapada todo el tiempo
Precioso lugar, Eva. A mí personalmente me hechizó.
EliminarNo se puede resitir, es magia ese reflejo. Estoy segura que todo aquél que visite el lugar, tiene una foto más o menos parecida, jejeje.
Gracias por pasar.
Un abrazo, corazón.
Qué místico y fantástico relato te ha quedado tocaya. La foto ya sabía yo que tenía que tener tu disparo y no, se nota que no está al revés.
ResponderEliminarSe ve que el viaje te inspiró bastante.
Un abrazo!
Sí, justo en ese momento. Intentando encuadrar, me imaginé (desvarié, más bien)si alguien surjiera del fondo. De piedra, me quedo, seguro!!!
EliminarGracias tocaya, por el comentario.
Un abrazo, amiga.
Me has recordado Las Leyendas de Becquer, puro romanticismo, puro sentir.
ResponderEliminarAbrazos.
Oye, pues no lo había pensado!!!
EliminarPuede ser, jejee.
Verte por aquí, todo un placer, querida de moi.
Un abrazo, amiga.
A veces, Aurora, nos vemos nos sentimos empujados a tomar decisiones por estímulos inexplicables...Eso, sí, las consecuencias de no reflexionar pueden ser catastróficas.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu relato y poder ver la preciosa imagen que te lo inspiró.
Un abrazo y feliz semana
Creo que la mayoría de veces actuamos por impulsos. Como bien dices, inexplicables. Y las consecuencias vienen después.
EliminarTienes razón, esa imagen fue mi musa.
Gracias Pilar, y buen fin de semana para ti también.
Un abrazo, corazón.
Este relato para mi es como una huida del protagonista del mundo real que no le gusta en absoluto.
ResponderEliminarCon la mente podemos huir todo lo contrario que con el cuerpo.
En cualquier caso el escenario es precioso y la imaginación muy rica.
Una leyenda,una propuesta.
La foto si no lo explicas estaba difícil de saber si estaba colocada en el sentido correcto, :)
Un fuerte abrazo,querida amiga.
Eres muy intuitiva, amiga mía. Estoy contigo en lo del protagonista, escapar con la mente ya que el cuerpo es nuestro ancla.
EliminarCuánto agradezco tus palabras, Ohma.
Un abrazo, preciosa.
Un auténtico cuento, Aurora, que encierra bellas imágenes miradas desde dentro del agua.
ResponderEliminarFantástico!!
Te mando besos
Muchas gracias, amigo Luis.
EliminarUn abrazo para ti.
Un cuento de gran belleza,amiga, y como buen cuento que se precie,con mensaje final abierto a multiples lecturas e interpretaciones; me deja pensativo (gratamente)
ResponderEliminarSaludos,compi :)
Amigo Castelo, lo grato es tenerte por aquí.
EliminarCuánto me animan tus palabras!!!!
Un abrazo, compi.
O sea, que será mejor no acercarse a según qué lagos, por si nos seducen y tiran de nosotros hasta las profundidades...
ResponderEliminarBuen cuento
Besos
No se sabe si nos seducen o nos dejamos seducir, pero por si acaso....
EliminarMe encanta tenerte por aquí.
Más besos para ti, Trini.
Auroratris....
ResponderEliminarHe leído dos veces... primer por la belleza del cuento y claro, natural que sea, por tomar contacto por la primera vez con algunas palabras. En suma, un cuento fascinante, que nos toca el sentimiento... así debe ser la llegda al paraíso.... Una persona de buen carácter se nos toma por las manos y nos invita a llegar al hondo deun pozo de felicidades...
Perdón se no me expreso bién..pero es un gran placer leerte...
Te expresas muy bien Integral, y el placer es mío por visitar mi espacio.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
Muy buen relato! Muy buena la imagen que lo acompaña...siempre aderezado todo con tu sensibilidad!
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Luni.
EliminarEs un placer el tenerte.
Un abrazo.
Un relato lleno de magia, misticismo, mitología y (por poner una palabra que no empiece por eme) fantasía. Con tu peculiar estilo, que va madurando y mejorando (otra vez la eme, je je)
ResponderEliminarBesos
Me halagas, venga esa M.
EliminarGracias por tu paso.
Un abrazo.