Todavía está fresco el timbre de tu
voz pintando las paredes de esta casa mientras tu sonrisa aniñada junto con tu
cuerpo enjuto se encuentran enclaustrados en este frío féretro, y yo te miro
desde mi esquina de silencio.
Cuento los surcos de tu rostro
imaginando los momentos que has vivido. El nacer de tu primera arruga sin
pensar que tras ella vendría el declive de tu cuerpo, este que esta noche yace frío ante mis ojos.
Inerte postura que provoca desazón a mi alma...
Intento entrar en tu cristalino azul
ahora apagado y cerrado, tocar tus pequeñas manos enjauladas la una en la
otra... Se estremece mi pena porque no eres tú.
Miro a mi alrededor y no te siento en
esta casa, en este cuarto donde te encuentras sin estar. Derramo esta soledad
que dejas sobre el vacío de mis manos tras cruzar por última vez el portal que
me acercaba a ti... y ahora te lleva lejos.
Adiós... sin mirar atrás siento el
abrazo de tu alma en la despedida.
Adiós Piedad, adiós.
P.D. Perdonad que los comentarios estén desactivados, igualmente os doy las gracias de todo corazón por vuestro paso. Sólo quería despedirme una vez más de esta noble mujer de la única manera que sé. Latiendo entre letras.
Gracias.